Es difícil en estos momentos escribir, pero necesito que salga, es sanador.
Quizá si tu que estás leyendo te resuena... Te abrazo con total sinceridad desde aquí si estás en duelo por tu animal, o puede que tu querido familiar no humano esté en la última etapa de su vida pero tu estás en el punto de imaginar lo inevitable.
Neux ha sido maestra de vida hasta el último momento, hemos confiado en el criterio de su veterinaria cuando nos ha trasladado su situación, que se había vuelto extraña estos últimos 3 días.
El fin de semana disfruté con ella de paseos de hasta 2 horas, no solía dar paseos tan largos.
Ahora esos últimos paseos tienen un significado increíble para mí.
Puede que haya sido un accidente cerebrovascular irreversible el que ha desencadenado todo, aunque también sus veterinarios han hecho referencia a una masa en el abdomen que ya daba igual qué pudiera ser. De haber realizado una analítica su riñón también habría dicho que hasta aquí, Neux ya fue diagnosticada con insuficiencia renal.
Sus últimas 24 horas fueron muy dolorosas para nosotros, verla en ese estado de “enajenación”, descoordinación, durmió todo el día pero deambulaba sin rumbo toda la noche… Chocándose con muebles y paredes. Nos hicieron un hueco en la apretada agenda de la clínica veterinaria y al llegar a las 10.45 del día 29 de octubre ha entrado en tremendas convulsiones, una de las veterinarias con la mirada me decía que Neux nos dejaba. La sedaron para que el cuadro no fuera a más. Solo entonces nos han planteado la realidad de su situación y la conveniencia de ayudarla a irse: eutanasia.
Llevo un año formándome como acompañante en duelo animal, teorizando sobre la muerte y duelo, otro año por delante para profundizar en ello. Por eso digo que mi dulce Neux ha sido maestra hasta el último momento porque me ha llevado a SENTIR profunda y brutalmente su partida.
Siento que me rompo, desde dentro, me desgarro, es una rotura física, interna en el abdomen, en la garganta y en los ojos, cuando la veterinaria me dice que ya está.
Cuando regresamos en la furgoneta yo con ella abrazada en el maletero entre los empapadores y su pañal llenos de orina.
Neux deja un hueco de 23 kilos que llegaron en 2012 y que solo con el tiempo y nuestro aprendizaje permitieron que aflorase una personalidad excepcional. Una perra sensible y paciente con las personas (especialmente mayores y peques) y otros perros llegaran como llegaran a saludar o tuvieran la edad que fuera y sus moviditas, cercana, mi yayita linda.
Creo que esto me ha permitido disfrutar de una conexión muy buena con ella, disfrutando cuando encontraba un resto de pizza como un conejo muerto y se los apretaba tal cual.
Sufriendo cuando años atrás veía un gato y ella se cegaba viendo un conejillo de orejas cortas. Habíamos llegado al punto de tener una comunicación que no pensé nunca vivenciar.
En este momento no puedo evitar recordar el día en que fui a por ella a la protectora, rota, disparada, aterrada. Quizá me arrepiento de no haber tenido la información adecuada y haberlo hecho como el culo los primeros dos años pero después nuestro aprendizaje ha sido diario y ellas (Neux y su compañera de piso Blanka) las que nos indican hacia donde mirar.
Se reveló un día algo más otoñal en su despedida, ese momento cuando ella se reactivaba con la ligera bajada de temperaturas y algo de lluvia, el inicio de la deleznable temporada de caza, ella lo sabía a pesar de todo. Nunca le importó el frío, el calor, ni la incomodidad de llevar uno o más abrojos clavados en sus almohadillas.
Los sustos grandes que nos dio al tener que acudir a urgencias por una obstrucción intestinal grave, madrecita qué recuerdos.
Venían tantos momentos mientras la velaba en casa, dispuse una camita y la limpié con toallitas, eso que tradicionalmente se hacía con los seres queridos y que la medicalización de la muerte ha robado a los seres queridos que nos quedamos.
Después masajeé su ya inerte cuerpecito con aceite de coco. Intentando retener cada curva, cada huesito marcado, cada músculo disminuido por la edad, cada montoncito de pelo, su cráneo, las alegres orejotas de braca, sus almohadillas…
Le gustaba tanto el coco que se lamía hasta retirarlo todo.
No lo tenía planeado, como flashes me vinieron imágenes de qué podía hacer para homenajear y recordarla, un pequeño rito.
Marqué un bindi, esa señal hindú en la frente que simboliza el tercer ojo (Ajna chakra) y representa la intuición, la sabiduría y la energía interior. Con cúrcuma. La cubrí con una mantita y deposité sobre ella unas rosas secas. Es lo que tenía en ese momento, en una maceta había comprado este verano un pequeño rosal que apenas llegó se secó, pero lo mantuve ahí y mira, ahí está el porqué. En todo hay un porqué.
Me rompo y desgarro cuando vienen a llevársela para el Crematorio a las 13.35 H.
Otra vez, el desgarro cuando pedimos despedimos de ella antes de introducirla en el horno crematorio ya a las 18.45
Ese desgarro cuando al día siguiente me dan sus cenizas, su mantita y su huella en arcilla…
La intensidad de un llanto que nace desde lo más profundo de mi ser.
Es difícil no sentir en cada célula el peso que ha tenido en nuestra vida y que tendrá siempre, pero de otra forma.
Hoy sé que su huella no se borrará, caminará dentro de nuestro corazón. Blanka también tendrá que transitar su duelo, ellas se “toleraban” pero no había conductas afiliativas evidentes. Sus necesidades y caracteres eran poco más que antagónicos, no hace tanto que reflexioné, conoceremos a la verdadera Blanka cuando Neux no esté.
Qué putada ¿verdad?
Ellas impregnan cada una de nuestras células, cada rincón de nuestros sofás, cada lametazo en nuestros platos...
Y su ausencia, no lo sana solo el paso del tiempo, requiere una postura activa por nuestra parte para no dejarnos vencer por el dolor virando al sufrimiento, la culpa por lo que pudimos hacer que ya no tiene lugar, el apego en lugar del amor, la negación a lo inevitable, a lo que es …
Agradezco cada una de las sentidas frases de apoyo y cariño, hay una que anoto aquí algo así como que "nuestro paso por esta vida es un contrato temporal", no lo olvidemos.